Admiro a las personas que no necesitan nada más que su presencia,
para sacarte una sonrisa.




Y pensar que ni en el mejor sueño lo había imaginado así,









Se presentó ante ti con esos ojos que siempre te han intimidado, porque sabes que con sólo una mirada puede conocer todo en tu interior; te tomó de la cintura y ese escalofrío...ese que jamás haz podido controlar, comenzó a recorrer tu cuerpo. No supiste que hacer y solamente agachaste la cabeza y miraste a la nada, como siempre, él sabía que algo pasaba...te preguntó sin palabras y aún así no supiste como responder, sin verlo conocias la expresión de su rostro, te sentiste culpable al no corresponder a esa forma en la que él puede expresarse contigo. Cerraste tus ojos y él te abrazó, acurrucada en su pecho no sentiste mas que tranquilidad, alivio y unas desconocidas ganas de llorar. Esto es extraño para ti, nunca habías experimentado este sentimiento de conocimiento y serenidad sin palabras con alguien. Acarició tu mentón como suele hacerlo y acercó sus labios a los tuyos...cerraste tus ojos mientras tu respiración se aceleraba y entendiste como decir lo que te ocurria...aprendiste que a veces sobran las palabras, que no te conoces como creias y que siempre apareceran nuevas sensaciones...